“¿Por qué la mujer, que se complace tanto en su extravagante fachada, apreciaría a un hombre vulgar, vestido de manera convencional?”
Esther Vilar, El Varón Domado.
El mundo de sistemas, además de grotesco número de personas inteligentes, presenta un surtido grupo de gente cuya vestimenta subcomunica menosprecio.
Tengo amigos y amigas que estudian carreras artísticas. Ellos aprendieron que todo es matemático. Causalmente, vestirse no es la excepción; por eso, conocer un puñado de principios relacionados al tema pueden llegar a serte funcionalmente útiles.
Por ejemplo, la costura que une mangas y remera tiene un propósito, por eso se pensó para que coincida con la terminación del hombro. Que caiga sobre el brazo da a infante, de los que usan la ropa de su hermano mayor. Y ser fanático del otro extremo probablemente fuerce a la axila a comer trapo cual promotora de eventos automovilísticos. Equilibrio.
Como alguien que con 24 años cambiaba ropa de cumpleaños1 acompañado de su mamá, queda claro que estas sutilidades no me fueron reveladas de manera divina (tampoco me las dijo mi mamá, zoquetes!). Algunas las aprendí leyendo. Otras observando gente. Y otras aplicando el mecanismo utilizado por aquellos magos que aprendieron el secreto —la observación, prueba y error.
Es que si las reglas originan estructuras, saber cuando romperlas acusa la existencia de un estilo. Los arquitectos lo saben.
Las remeras no cubren toda la ingle por el mismo motivo por el cual no mezclamos cumbia con jazz —sirven a propósitos distintos—. Idealmente una remera debería revestir el abdomen completo incluso hasta cuando levantamos los brazos; pero no más: no es la remera, sino el pantalón quien debe cubrir al enano boquetero.
¿Qué tan grande el pantalón? De nuevo⇒ equilibrio. Ni tan grande que vislumbre a señor-entrado-en-edad-que-no-la-pone, ni tan apretado que grite por-qué-no-viene-alguien-y-me-la-pone.
¿Bolsillos al costado del muslo? Le sirven al muchacho que instalaba ADSL a domicilio.
El Incentivo Adecuado
Aunque no todo tenga un Por Qué, a veces necesitamos un motivo claro. Aún, si este no parece verdadero. Lo importante es que abra una puerta. Me gusta la metáfora de una puerta es un incentivo. Imaginate en un templo maya erigido dentro de una selva tropical. Desde un techo ofuscado, entra un rayo de luz que rebota contra lo que aparenta ser una piedra. Tras encontrar más de ellas y haberlas combinado de manera adecuada, la luz refleja mostrándote cuál es la manija abre la puerta.
¿A qué viene todo esto?
Buscando descular los huevos de pascua2 del comportamiento humano, Robert Cialdini, el padrino de la persuasión, descubrió que la gente era más proclive a ceder su puesto en la fila cuando la solicitud era acompañada de un motivo claro. El que sea.
¿Por qué digo eso?
Porque creo que las personas pueden modernizarse a base de simples consideraciones. Por ejemplo:
¿Sos un hippie que desprecia el dinero?
¿Te va lo punk? ¿Creés que el sistema no tiene reparación? ¿hay que destruir todo y no ofrecer soluciones?
¿Sos una persona cohibida que busca hacer todo perfecto, libre de fallas, y de manera estructurada? ¿Cuál es tu espectro de rugosidad?
¿Querés ser aceptado entre los pibes del barrio/<<inserte tribu de moda>>?
¿Te parece malo vestirte con la meta de atraer a cierto tipo de mujer? ¿Te pensás que ellas no se visten para atraer a cierto tipo de hombre?
¿Querés demostrar que podés comprar ropa cara?
¿Quién sos? ¿El resultado de una linea de producción de humanos? ¿un tipo simple? ¿práctico? ¿indómito?
¿Estás atendiendo a un evento formal?
¿Sos un cantante de cumbia de la década del ’90?
Todo tiene una impalpable esencia, inclusive un diccionario:
- Conjunto de características necesarias e imprescindibles para que algo o alguien sea lo que es:
la esencia de la amistad es la confianza. - Lo más importante de algo:
la esencia de esta empresa es conformar a sus clientes. - Extracto o concentrado que se obtiene de una sustancia:
con unas gotas de esencia de menta te mejorarás.
Traje y Camisa
Al identificarlo como una zona peligrosa de la cual debemos escapar, el confort es el enemigo. Ahora. Ya. También podría beneficiarnos el identificarlo como el incentivo que es. En el siguiente video, Guy Ritchie se da autoridad, la saca del estadio, y viste un traje que, en toda su integridad, también es cómodo:
También notarás que el cuello de las camisas subcomunica información (es más visible sin corbata). La diferencia principal está en su tirilla3: algunas son flácidas, otras son apreciablemente erectas.
Colores y Patrones
La monotonía aburre. Mirar dos veces la misma película. Coger siempre en la misma posición. Quedarse dentro de la misma tonalidad. Repetir el mismo patrón. La innovación realza, la grasa sobra.
¿Y el color rosa? Nada de malo. Al contrario, es un color apaciguante. El rosa reduce la agresividad. Sirve para mostrarse como persona prácticamente inofensiva.
Contraste es mejor que sin.
Por lo general evito remeras cuyos colores comparten tonalidades con mi piel. Amarillo. Marrón. Naranja. Sin embargo van bien cuando la remera viene impregnada con estampas artísticamente rugosas (no necesariamente al tacto.)
Pantalón/bermuda/malla que escape a la planicie de la tela combina con remeras lisas dando lugar al contraste sin llegar a saturar.
Cualquier mujer te va decir que el blanco y el negro se combina con todo. Y, si bien es verdad, hoy no me sentiría a gusto calzando botines blancos.
En inglés hay un concepto llamado layering. Se refiere al intercalado de prendas. La traducción técnica sería estratificación; pero, ¿quién usa esa palabra?. De todos modos no tengo mucho para decir del tema porque le vengo escapando al invierno hace un tiempo4.
Por último, no soy mujer. Pero su proceso de razonamiento parece estar orientado al reconocimiento de patrones estéticos. Por lo tanto ayuda notar semejanzas entre el campo de la mercadotecnia e ideas relacionadas a la vestimenta. Notarás que pertenecen al mismo dominio.