Me gusta pensar de nuestra profesión en términos fraternales. Estamos en el mismo negocio. Vemos valor en la cooperación. Somos colegas.
Cada vez más informáticos elegimos viajar por el mundo y considerar nuevos puntos de vista; incluso aunque sean ideas insurgentes. Cometemos errores, fallamos y aprovechamos el dolor del fracaso como información privilegiada para la próxima movida. Durante el proceso, aumentamos nuestros salarios; multiplicamos nuestras vacaciones; y por qué no, encontramos trabajos en lugares soñados (mejor aún cuando el puesto es desafiante).
Al mismo tiempo, nuestra profesión crea valor al 1) reducir la incertidumbre; 2) mecanizar lo virtual; y 3) simplificar lo técnicamente complejo: categorizamos lo abstracto y buscamos dotarlo de utilidad. Entre pensar en metas y pensar en sistemas, optamos por la segunda (tiene mejor ROI).
Nos motiva un aburrimiento fácil una curiosidad descomunal. La misma que dio vida a Internet, ese lugar intangible donde se virtualizan nuestros más recónditos pensamientos; nuestros más obscenos deseos.
Habiendo notado que mi mente se identifica con el entorno que le rodea, opté por dedicarle tiempo a este blog y ver que pasa.
La idea es que te sirva a vos. Y también a mí.
Permitite probar el Brave, un nuevo navegador que bloquea publicidades (incluso en el celular y en youtube).