Además de trabajar, Barcelona permite hacer playa, deleitarse con cerveza de trigo alemana, practicar kitesurf, snowboard, y wakeboard. Hay gente de todo el mundo: es fácil hacer amistades. Uno también puede canjear su permiso de conducir por uno español, válido para toda la UE. Además, podemos alquilar coches a particulares y a rentals. Y, sin cumplir todos los requisitos, uno puede alquilar algo a 5 minutos de la playa (a pie).
Entre el centro de la ciudad y el aeropuerto se erige el cerro histórico. El Montjuic, además de haber sido base de competencias durante las olimpíadas del ’92, encontramos un fuerte: una especie de castillo con murallas precedido por una fosa. Allí, la dictadura de Franco fusiló al presidente de Cataluña de aquel momento, Lluis Companys. En una placa en honor a él, está tallada su última expresión antes que fueran apretados los gatillos: “Por Cataluña y lo que representa de Paz, Justicia y Amor”
Pues, es así.
Y eso que mientras el turismo y lo internacional de la ciudad, sumado a Airbnb y similares, los alquileres también son elevados hasta para los locales. Pero igual son personas amables.
Buena Movida
Famosa por su fútbol, Barcelona tuvo fiesta desde siempre. En la zona del puerto, la estatua más visible del lugar lo tiene a Cristobal Colón. Y verás, en ese mismo monumento, una decoración inusual para un obelisco de ese porte (y pocos lo han notado por su cuenta). Me refiero a hojas de cáñamo.1
¿Por qué hojas de cannabis? La planta tuvo un uso peculiar; además de popular. Durante siglos, y quizá milenios, la durabilidad y resistencia de la fibra cáñano permitió la confección de hilos, y ropa, y sogas y velas para los barcos. El cáñamo era esencial para navegar a vela.
Viviendo en Barcelona Como Programador
Alquileres
Si te querés mudar a Barcelona, te interesará conocer que alquilar es una de las más liadas (de lío, expresión que usan). Un departamento pre y pos covid no muestra diferencias de precio mayores al 20%. En las zonas donde vale la pena vivir –siempre accesibles en subte– es casi imposible alquilar por menos de 700 € y estoy siendo generoso. Donde el covid sí empujó precios a la baja fue en lugares de dos o más habitaciones2.
Si ya anduviste leyendo otra data, habrás encontrado que la norma es tratar con inmobiliarias. Se entra con el primer alquiler, dos meses de depósito, el 10% de la anualidad como comisión al agente y sumale 200 + iva de contrato. Caro. Unos cuatro mil euros. Quieren asegurarse de que no la pudrás: echar gente es judicialmente engorroso (tema de los okupas lo hablo al final).
Debido a eso, te piden tres meses de recibos de sueldo. Pero yo había llegado hacía menos de un mes. Entonces, se me ocurrió enviarle mi recibo de sueldo con dos semanas de paga al agente por email luego de que por teléfono me haya aclarado su intención de rechazo. Eso provocó que me vuelva a llamar. Organizamos una visita. Me presenté prolijo, llevé pasaporte, recibo de sueldo, contrato indefinido de trabajo, fotocopia de todo, y seña. Pero no arreglamos. Al final, pasadas tres horas me invitó a firmar la reserva y conseguí algo luminoso, a 3 cuadras del mar, 10 minutos a pie del trabajo, en una ex-residencia olímpica con medio recibo de sueldo y la promesa del tercero al momento de arrancar el contrato. Una fiesta.
Pero también tenés pisos compartidos. Los precios de las habitaciones bajaron porque bajó la demanda de turismo y estudiantes temporales. 400 € es el precio de algo decente. Con esta modalidad safás la comisión, contrato y suele ser nomás un mes de depósito.
Mi próximo alquiler será (de nuevo) en la Villa Olímpica o el barrio co-lindante del Poble Nou. Motivos: adyacente a la playa, cercanía del centro (bici o a pie), poco tráfico, tranquilidad y la zona cataloga como polo de innovación y diseño.
¿A evitar? El Raval y El Besós.
¿El polémico? La Barceloneta. Porque mientras que está pegado a la playa más conocida y movida de Barcelona, estarías cerca del flujo de borrachos y del mar pero vivirías en construcciones poco espaciosas y calles ruidosas durante el verano.
Distribución Geográfica
Frente a la costa del mediterráneo, sobre la parte superior de la diagonal nor este, se recuesta Barcelona. Yendo hacia el norte, a 200 kms, llegás a Francia; pero antes tenés la Costa Brava: bahías, acantilados y microplayas (llamadas calas) con yates a lo James Bond. Hacia el sur, hay un parque acuático que me falta conocer y mientras que por el norte tenés uno muy bueno llamado AquaBrava; que es como Disney pero mejor.
Deportes
Si bien tomé clases de tiro con arco en el castillo del Montjuic, nada se compara con el efecto mimetizante de la adrenalina trayéndote al momento inmediato. Arriba de una tabla. El pensamiento abstracto se desvanece. Tus canales perceptivos visual y sonoro se sincronizan con el inusualmente atento sentido del equilibrio. Es una droga.
De la que Barcelona ofrece un suministro casi constante. Imaginate redbull pero sin lo feo de su gusto. Durante el invierno podés subirte a un tren en el centro de la ciudad y terminar en la nieve. Por sólo 2€ adicionales del costo del ascenso, el skitren te deja en la estación más cercana al centro de ski La Molina, en donde te subís a un bus –todo incluído– que te lleva a la base del cerro.
Si no tenés viento ni es invierno, podés aprovechar el circuito de wakeboard desplegado en donde se hacían las competencias de remo en Barcelona ’92: el canal olímpico. Es similar al Pampa Cable Park que está en Buenos Aires. Podés ir una, dos o comprar packs de 20 ó más horas. Como todos los cableparks, viene super bien de atmósfera.
Si tenés viento y tenés kite, es la tuya. Pero deberás considerar en qué momento del año te encontrás. Como un sólo terrorista alcanza para modificar los protocolos de seguridad aeroportuarios, un accidente de kitesurf en cualquier playa con turistas basta para restringir la actividad. Mientras que la práctica de kite aumenta y aumenta, también aumenta la cantidad de gente arrancando a maniobrar cometas de 12 metros cuadrados atadas a cuatro finos –y resistentes– hilos capaces de arrasar con la integridad física de cualquier bañista que no esté usando una cota de malla. Peligroso. Y puesto que no andamos usando cota de malla en la playa (aunque si vas a ver musulmanas cubiertas;; raro), durante el verano las autoridades decidieron habilitar muy pocos lugares en toda la provincia.
Durante el resto del año, podés navegar en la ciudad. Que es también cuando suele haber más viento en la dirección adecuada (dirección desde el Levante/Líbano). En el verano el sople se acelera gracias al Garbí: el viento térmico proveniente del sur. El sol refleja en el agua. La temperatura del aire aumenta. Y eso provoca cambios de presión. Es divertido. Y lindo. Cielo celeste. Durante octubre a enero, en Barcelona, con el viento del levante en cambio, el clima suele ser nublado o tormentoso (peligroso por los rayos).
La gente de Kite está en la misma que vos: la quiere pasar bien. Muchas amistades se forman en la playa o viajando juntos y luego desbordan a la vida cotidiana. Cervezas, viajes, buena vida, buenas charlas. Se está bien.
Movilidad y Alquiler de Autos
Una cochera está 100€, seguro 200€. Pero si no vivís en una zona súper céntrica podés conseguirte un permiso para residentes del barrio y estacionar en la calle por menos de 1€ diario. En febrero me alquilé un VW Polo por 13 € diarios y viajé por Andorra y parte de la frontera sur de Francia con España. Durante el verano la cosa aumenta. Con precios entre 4 y 7 veces más caros pero pudo haber sido covid-generated (varias oficinas de alquiler estaban cerradas).
Eso provocó que vaya y alquile un auto particular para ir al parque acuático que nombré arriba. SocialCar es donde podés encontrar autos y camionetas particulares, sea por día u horas si necesitás mudar algo.
Cambié el registro argentino por algo de 60€. Sacarlo en España sino cuesta 10 veces más. Hay páginas y grupos hablando del tema.
Recordando al capítulo de South Park donde hay una invasión de monopatines eléctricos, en Barcelona germinaron varias empresas que alquilan scooters eléctricos con una app. Son casi todos iguales y cuestan 0.22€ el minuto. Durante el verano las playas se llenan de motitos. Llegás con una. Te vas con otra.
Bicing se llama el sistema de alquiler de… bicicletas. Tiene estaciones por toda la ciudad. El pase anual cuesta 50€. Lo vale. Los primeros 30 minutos libres y, si bien la ciudad es casi toda plana, también tenés bicis eléctricas por 0.35€, útiles para cuando vas cuesta arriba en el verano; que siguen siendo más baratas que los 1.20€ de transporte tradicional.
Seguridad
Los varios amigos de lo ajeno andan motivados gracias a la ausencia de castigo por hurtos de menos de 300€. La cosa aumentó fuerte. Los latinos estamos acostumbrados, pero a estar atento que mientras un mal viviente te distrae, su colega puede agarrar y correr con alguna pertenencia que hayas dejado reposando a tu lado en un banquito.
Pero tampoco es inseguro.
Barcelona tiene dos tipos de policía. Los más efectivos y respetuosos son los Mozos de Escuadra. Con ellos me pasó una memorable. Cuando con el kitesurf yo todavía no sabía andar a contraviento, igual me iba a navegar. En una de las ocasiones la cometa se me cayó al agua y una ola la enredó con las sogas. Imposibilitado de levantarla, tuve que hacer una maniobra de auto rescate y abandonar mi tabla que, como ya la había perdido con anterioridad, tenía mi teléfono y correo escritos.
Tras salir del agua, recorrer la costa y haberse hecho de noche, me volví a casa sin tabla. No recibí llamadas ni emails. Cuatro días más tarde aparece en el mercado libre de allá publicada a 1 €, sin mis datos.
Le escribí con la cuenta de mi novia porque mi nombre figuraba en el e-mail que habían borrado y no los quería auyentar. Después de conseguir su whatsapp, más fotos y negociar precio, arreglamos un encuentro a ocurrir en una estación de trenes.
Ellos no sabían si esta chica que les habló tenía alguna relación con el Facundo de la tabla. Yo no sabía si ellos eran ‘ellos’, ‘ella’ o él. Tampoco tenía manera de saber si esta persona se presentaría sola o con amigos. Sólo sabía que ésa era mi tabla y que lo quería re-cagar, bien a trompadas.
Remarcando que no estaba en Latinoamérica, un amigo me disuade de arreglarlo a mano propia. “Andá a los Mozos”. Una vez llenada la denuncia, me dicen que también irán a la estación. Van, los tres, vestidos de civil. El policía más cercano me avisa cuando ve llegar al auto. Aparece una señora con su hijo mayor de edad y traen la tabla. Inicio la conversación. Súbitamente, el oficial muestra la placa.
Hay perplejidad. La señora estaba notablemente incómoda. Su hijo esboza palabras de perdón. Pero el policía, calmo, pregunta dónde habían obtenido la tabla. La había encontrado la persona que manejaba el auto. Su padre, que habitualmente pescaba en la zona.
La cosa termino bien, con el hombre reconociendo su buena voluntad en devolver la tabla a quien escribe. Hubo más cositas, pero quiero cerrar el artículo. Se podría haber complicado si ellos decían que era suya porque yo no había hecho la denuncia hasta que la vi online, ni tampoco tenía anotado el número de serie (un gil). Mis respetos hacia los Mozos, una fuerza de enserio.
Ahora, cuando empezó la desescalada de la cuarentena me pasó una rara, con una policía que no pertenecía a los Mozos. Mientras yo estaba sentado en un banco frente al mar, leyendo, detrás mío aparece una mujer vestida de policía y me dice: “en este horario sólo está permitido pasear o hacer deporte, usted no está haciendo ninguna de las dos”. Me amargó la lectura, regresé a casa. Espero que algún día se la cojan: habremos dos personas contentas.
Argencelona
Bogatell, la playa más agradable de la ciudad, tiene más mates por metro cuadrado que festival de doma y folklore. Peceto uruguayo para milanesas. Mate. Dulce de leche. Tapas de empanadas. Galletitas Don Satur. De tu país, lo que quieras. Barcelona está repleta de argentinos.
Mientras que en los índices de extranjeros rankean italianos o franceses, calculo que los argentinos no salimos en la cuenta porque andamos con pasaporte europeo. El perfil promedio es clase media de unos 25~35 años que terminó la carrera y se fue a la mierda.
Opiniones
Barcelona es una ciudad Olímpica. La playa cambia todo. Pero no me parece conveniente mudarse a Barcelona de no tener un perfil profesional demandado. Hay mucha competencia en repartos en bicis, puestos de camarero y trabajos de tinte físico estilo vendedor de local de ropa. De ser ese el caso, iría a una ciudad española con alquileres más pasables; que esté menos presente en la imaginación colectiva mundial. Pinta que el país vasco está bueno (la economía también avanza). Creo que Málaga o Valencia también juegan (ambas con playa).
En cuanto a las maneras de llegar, hay varias. Yo tuve entrevista y me pagaron pasaje, pero el azar me ayudó al proveerme de pasaporte italiano; entre otras. Muchos también estaban en empresas grandes estilo IBM o SAP e hicieron el cambio de país. Otros, muy pocos, llegan sponsoreados a empresas como Nestlé; pero es algo híper raro y el único caso que conozco tiene 18 años de experiencia.
El que se las ingenia puede hacerla.
Después, con respecto a la seguridad, cualquier mujer puede andar en bicicleta, sola, a las 3 de la mañana sin dramas. Los bancos de España (y de todo el mundo) están en la lona. Por eso elijo Bitcoin. Instituciones de nula innovación, sostenidas por el gobierno. La última crisis prometió casas de veraneo e hipotecas para comprar departamentos que “pagan la cuota con el alquiler”. Y hoy hay muchos okupas, en la ciudad, pero sobre todo en las afueras, donde artilugios que involucran menores y tickets de comidas a domicilio justifican la nulidad de órdenes de desalojo. A un colega italiano le entraron mientras se fue de vacaciones (habían tomado casi todo el edificio) pero él pudo recuperarlo porque tenía todas sus cosas ahí. Historias. Hay muchas.
Te vas a divertir.