Los adultos dotados de un sentido práctico son poco reaccionarios – se enfocan en lo que sirve.
Indignarse y salir a protestar es menos redituable que reconocer lo inservible del sentimiento. La gente pragmática prefiere aprovechar la energía de la sorpresa y canalizarla para enfocarse en una solución. Si la indignación no origina un monólogo de stand-up, ni motiva un proceso reflexivo individual NO sirve. Puede llegar a producir un cambio social, pero eso requiere que la gente sufra y esté indignada por mucho tiempo.
El individuo valioso innova. Sentirse mal, no hacerse cargo de ese sentimiento y culpar a otro no aporta nada para su vida. Las personas independientes ponderan la sugerencia de soluciones por sobre echar culpas.
El origen etimológico de la palabra e-moción es energía en movimiento. Si con un punto de apoyo y un palo lo suficientemente largo Arquímedes podía mover al mundo, análogamente las cadenas informativas, con una indignación los suficientemente grande podrían mover a una sociedad. 1
En una economía donde el bien de intercambio es la atención, el ahora de cada individuo –todo lo que tiene– puede ser negociado a cambio de publicidad. La base de toda venta éticamente exitosa es la confianza. Ambas partes confían en que el producto era deseado y, en lo posible, necesitado por el comprador. En este blog por ejemplo, apunto a una audiencia que trabaje en informática y sea capaz de tomar decisiones que aumenten su valor como individuo en este mundo. Y no quiero gente indignada. Sus creaciones son sólo quejas y acá venimos a sumar.