“Portate bien, hacele caso a la maestra, estudiá y recibite”.
Quizás servía en el pasado.
Pero el mundo actual es distinto.
Antes se valoraba un diploma. Existía la expectativa de hacer carrera dentro de una empresa. Hoy las empresas me importan tanto como yo a ellas.
En el pasado un título universitario le otorgaba a uno ciertos beneficios. Manejar el auto de la gerencia, realizar viajes corporativos con putas y champagne, ó una secretaria voluptuosa; de esas que visten zapatos con tacos, camisa blanca escotada y anteojos de marco grueso.
Pero ahora se acabaron las secretarias.
Ahora tenemos smartphones. Que es casi lo mismo pero sin tetas.
Para ser demandado en IT no acumulés diplomas, acumulá experiencia
No se requiere un título para trabajar en sistemas.
¿Para qué?
¿Para ejercer de programador, QA, ó jefe de infraestructura? No hacés instalaciones de gas ni diseñás viviendas. Tampoco realizás cirugías. A la mierda las licencias.
Es preferible comenzar a trabajar; cobrar un sueldo y acumular en el CV aquello por lo que nos pagan: experiencia. Luego es fácil manejar la oferta y demanda a tu gusto.
Muchos managers ni siquiera terminaron la facultad.
Podrías ser uno si quisieras.
Si tenés algunos años de experiencia seguro viste a varios ladris; y probablemente también aprendiste de los grandes.
Es posible subir de puesto. Yo sin embargo me cuestiono si realmente quiero utilizar el Outlook tantas horas al día. Pienso “Qué paja estar en copia de todos los mails. Qué bajón forzar a la gente a venir a las reuniones sin darles sanguchitos de miga”
¿Estará bueno irse a casa preocupándose porque hay un diagrama de Gantt parece un Lego® chino?
Mi motivación para el diploma era trabajar en el extranjero. Fui a la facultad, obtuve uno, me mudé a Alemania y… no me sirvió un choto.
En un mercado en donde las empresas no tienen la más puta idea sobre cómo hacer para conseguir empleados calificados, me pregunto si un ingeniero inexperimentado tendrá mejores ofertas que un programador con 2 años de experiencia.
Conozco a varios ingenieros y doy fé que disponen de valiosas rutinas. Son muy ágiles al pensar matemáticamente y son perseverantes; por eso terminaron la carrera. Pero en este mundo, un título no te da derecho a nada.
Estudiar ciencias duras es aburridísimo
Especialmente cuando carece de aplicación práctica.
Más aún sabiendo que las ciencias duras no incrementan mi salario, ni enriquecen mis charlas.
¿Cuántas veces te encontraste sentado en un aula aprendiendo algo completamente inútil? Me cansé de los cuentos. No es necesario conocer sobre matemática, física, química y las bondades de perón.
Si no captan tu curiosidad, las ciencias duras te van a aburrir. Además, en el mundo de IT, el valor que aportan es virtualmente despreciable.
La excepción es Estadística. Es otro mundo, esta sí es valiosa. De todas maneras, conociendo lo básico sobre notación Big O es suficiente para pasar una entrevista.
La descentralización se va a comer a las universidades. Probablemente ocurra en menos de una década; al igual que el streaming se comió a la TV programada.
En un mundo altamente personalizable nadie quiere ser uno más. Páginas como coursera permiten optar por diseñar nuestra currícula a piacere.
Quien no está graduado cobra lo mismo que quien lo está.
Al graduarte tu sueldo permanecerá sin cambios.
Si no me creés, sacate la duda con tus conocidos.
Lo más valioso que te aportará la facultad es el viaje, en donde podrás leer algún buen libro.
La facultad es una granja avícola
Las universidades de ingeniería están repletas de hombres.
La querés poner, yo también la quiero poner, Pancho Dotto la está lustrando y Mark Zuckerberg fundó Facebook porque también la quería poner.
Cada hombre arma su estrategia como mejor le parece. Si ir la facultad es parte de un plan a largo plazo… yo lo pensaría dos veces. Estudiar, recibirse, tener un trabajo bien pago para conseguir una mujer con la que puedas tener todo el sexo que siempre deseaste? Mucha suerte! Ya lo probé. No funciona.
Te metiste en la informática no sólo porque te gustaba y te resultaba fácil; elegiste este rubro porque identificaste tu oportunidad en el mercado.
El mundo virtual evoluciona. Todo se descarta rápido.
¿Te acordás del MSN, las aplicaciones de escritorio, ó Adobe Flash?
Para el momento en el que un termina su carrera, la mayoría de las tecnologías aprendidas serán obsoletas.
Tu curiosidad es la clave.
Tu curiosidad te permite conocer tus gustos. Así también te reveló la oportunidad. A tu curiosidad le gusta descubrir las tendencias del mercado. Gracias tu curiosidad es posible identificar cuál es el Zeitgeist que se viene.
En java por ejemplo, se viene fuerte todo lo relacionado a la inteligencia artificial. Los datos ya están recolectados, ahora hace falta procesarlos. Estamos hablando de cantidades gigantescas de información. Me pregunto que será del día en el que la capacidad de procesamiento equivalga a la velocidad de recolección de datos. Google dice que la cantidad de información creada en los últimos 2 años es mayor a todo lo producido a lo largo de la historia de la humanidad.1
Me parece más valioso enfocarme en qué manera será posible cubrir la demanda del mercado. La idea es poder trabajar en algo fuera de lo convencional, que sea entretenido y que se pague muy bien.
Procesar cuantiosos volúmenes de información es algo que ya se puede hacer. Arrancamos con procesadores mononúcleo, migramos a sistemas multithreading con 8, 16, 32 cores o más, y ahora la posta está en el cloud computing.
Con alguna arquitectura de procesamiento distribuido, por ejemplo utilizando Spark y Kafka, esto ya se puede hacer.
El próximo paso es que el software tenga la capacidad de discernir entre patrones. Lo importante es darle sentido a los datos. Dotarlos de valor. Patrones para seleccionar datos, para descartarlos, y habrá patrones que le servirán a otros patrones para exprimir el reconocimiento de patrones. Me refiero a encontrar el nexo común entre dos eventos aparentemente no relacionados. Es lo que llamamos creatividad, y ya está sucediendo:
Se puede trabajar en el extranjero sin tener título
Es riesgoso viajar con el diploma abajo del brazo. Lo último que querés es extraviarlo.
Si figura en el CV ya es suficiente.
Mi experiencia personal es la prueba. Mi primer empleo en Alemania lo conseguí sin tener que mostrar mi diploma. Meses más tarde, como el puesto era poco desafiante, cambié de trabajo a una empresa más grande. A los 15 días de haber comenzado, me comentaron que precisaban una copia del diploma para guardarla en el legajo. La jefa HR se estaba poniendo pesada e insistía en que era requerido… alemanes.
Como ninguna empresa me lo había solicitado, mi diploma seguía descansando en la facultad. Desestimando la posibilidad de viajar a Argentina por un papel de mierda, puse mi mejor cara de certeza y le respondí que mi viejo lo iría a buscar por 3mí; y que luego la empresa recibiría una copia. Obviamente eso no ocurrió. Tampoco me echaron, por no embellecer un legajo.
Presentar un título trucho es fácil.
Podés hacer trampa. Escaneás el título de algún amigo, contratás un freelancer que edite imágenes para que le modifique el nombre, y le mandás tu diploma a la empresa por email. ¿El resultado? Te graduaste por u$s 10.
Se les complica verificar su autenticidad. Solo tienen una foto, y para una empresa extranjera no es fácil contactar a tu universidad: alguien de RRHH tendría que hablar español. De última si te agarran no pasa nada; el mercado está muy hambriento y siempre hay otras empresas que te van a querer en su plantel.
La universidad pública es difícil. La privada es cara.
De chico, en los cumpleaños infantiles siempre armábamos a un mini campeonato fútbol. ¿Sabés cuál era el premio? Un trofeo.
¿Sabés como se llamaban esos trofeos dorados de plástico? — Prestigio
Personalmente, no me arrepiento de haber ido a la facultad. Sería sentir culpa por algo que no puedo cambiar.
Además, en vez de estudiar, probablemente hubiera perdido mi tiempo anestesiándome frente a una pantalla tomando cerveza y comiendo pistachos; y ya pasé por esa.
No tener autodisciplina me hizo caer en la autoindulgencia; al menos ir a la facultad le daba algo de sentido a mi vida.
Considero que si uno disfruta de ir la facultad, debe continuar. En ese caso es provechoso.
Ahora si el deseo de abandonar es incontenible, hay una solución. Al estar aburriéndote en el aula, fijate si te indignás. La indignación muchas veces está alimentada por algún tipo de enojo. Lo bueno es que se puede canalizar.
¿Cómo puedo usar mi curiosidad a mi favor? ¿Cómo saco provecho de mi curiosidad innata? ¿Qué me convierte en un zombie, no me aporta nada de valor, y por lo tanto debo abandonar?
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