Mucha gente está encantada con Google. Le confían la intermediación de sus pensamientos. Sin embargo, Google está infectado con feminismo.
DESCARGO: más que una comparación objetiva entre navegadores, lo siguiente es un artículo a favor de Brave. Compré Basic Attention Tokens así que posiblemente me encuentre un poquito sesgado. Continuemos…
Antes de la navidad del 2017, comenzó la caída del Bitcoin. En ese verano, muchos volvimos a creer que Papa Noél existía. Resulta que lo habían re inventado los chinos, y lo marketineaban los italianos. Como la pizza. La pasta. La pólvora. La pasta. Y la puta que los parió.
Dentro de los primeros dos meses iniciada la caída, me animé a pronosticar que el Bitcoin continuaría bajando. Di mis razones para ello. Seis meses más tarde, dos investigadores publicaron un paper detallando las mismas causas. Confieso que días después de la publicación me sentía mal. El precio había comenzado a subir. Y yo no quería recibir la bronca por decir que saldría el sol para después terminar cayendo granizo. Pero había pagado mi precio. Había entrado en OmiseGo (una alt-coin) con casi todos mis ahorros, justo en una época donde trabajaba en Australia, y por ende la estaba juntando en pala.
En el pasar de unos días perdí un 20%.
En esa misma nota afirmé que OmiseGo sería la cryptomoneda que iba a salvar a BTC. Cometí un error, pero metafóricamente creo había acertado. Cualquiera que conozca sobre lightning network sabe a qué me refiero.
DE GUSANOS EN LAS COMPUTADORAS A GUSANOS EN LAS IDEAS
Aquello Igualitario, Inclusivo y Diverso no perdura.
Matemáticamente, un conjunto delimitado por esas tres condiciones no existe. Da vacío. Null – carece de valor.
Hace unos meses reconozco autoridades de internet haciendo mención a Brave.
¿Comenzó el éxodo?
Naval Ravikant, RooshV, Mike Cernovich, Larry Sanger, Jordan Peterson, y Brendan Eich, inventor de Brave, el verdugo del Google Chrome.
Scott Adams todavía no aludió a Brave; pero hace 9 años escribió un excelente post sobre el valor de la atención. Además, mi traducción del artículo titulado En El Futuro, Nuestra Atención Será Vendida proporciona una pista imposible de ignorar.
También percibí una correlación entre el aumento de BAT y la cantidad de usuarios nuevos en el canal de Telegram de BAT durante el último mes. Eso solo no indicaría nada, pero ¿te acordás de todos esos recónditos momentos donde escuchaste sobre el Bitcoin antes de la masacre y no compraste? (sigue siendo una justificación pésima)
También lo relaciono con una de las cosas más sorprendentes de mi paso por una empresa Alemana. Lidian con una legislación estricta. Allí, cuando un usuario borra su perfil, la empresa dispone de 48hs. para borrar todo rastro de actividad pasada. Además tienen prohibido leer los emails. Ni siquiera por inteligencia artificial.
Con las regulaciones ocurriendo dentro de la Unión Europea, todo apunta a que habrá más multas. De algún lado tiene que salir el dinero para sostener la jodita del euro. Simplemente necesitan un chivo expiatorio. Para eso nada mejor que apuntarle los dedos a las actividades monopólicas, y de espionaje que involucran a las empresas tecnológicas conocidas como FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix, y Google).
LA REINA ROJA
¿Alguna vez te preguntaste qué sería lo positivo del postmodernismo? Yo si…
En el libro The Red Queen: Sex and the Evolution of Human Nature, Matt Ridley nos cuenta que los organismos se encuentran bajo una constante lucha evolutiva. Deben adaptarse, evolucionar, y proliferar. Para mantenerse a flote, organismos y parásitos combaten cíclicamente en una carrera armamentista.
Mi teoría es que el posmodernismo infecta a estos gigantes, y en consecuencia los deja incapacitados para lidiar con ciertas verdades. Les nubla el juicio. Al discriminar la verdad –como pasó con James D’Amore en google,– estas empresas la cagan desde adentro. Una especie de SIDA pero en el mundo de las ideas.
¿Y qué justificaría este comportamiento? La amenaza de una agresión coordinada por parte de una pandilla SJW. De no ser políticamente correcta, una empresa pública podría ver una merma en sus ingresos publicitarios. Cosa que horrorizaría a los accionistas.
Y ahí es donde Brave pega el próximo salto evolutivo.
BRAVE Y VOS
El google Chrome come memoria hasta reventar.
Brave vino a hacer de bypass gástrico:
Chrome desplegó una versión dotada con lo que algunos criptógrafos conocen como el patrón oscuro. Google quiere tus datos; pero ahora se caga en pedirte permiso. Y aunque vos elijas no loguearte en su navegador, cuando te logueás en un sitio google, ahora automágicamente también se te loguea el chrome. El cual en seguida sincroniza con google todo tu historial de navegación. Vualá.
Google traicionó lo más valioso que dos partes pueden tener entre sí – la confianza
Brave permite registrarte como creador de contenidos. Si tenés una página ó un canal de youtube podés empezar a recibir Basic Attention Tokens. Mi primer ganancia online fueron BAT.
Les agradezco a quienes se bajaron el navegador desde mi link. Si todavía no lo hiciste empezá a ahorrar memoria y tiempo (más abajo cuento porqué) bajándote el browser desde acá; que de paso me gano algún BAT. Win-win.
Podés encontrar más highlights sobre Brave en su página oficial.
Basic Attention Token es la criptomoneda que mejor representa al recurso más abundante y al mismo tiempo más escaso: la atención humana. El procesador analógico más poderoso del mundo.
El plan es integrar las BAT rewards con telegram, slack, vimeo, videojuegos, y otras aplicaciones sobre la blockchain. Pensá apuestas. Votación. Cadenas informativas. Es el fin del periodismo de plástico.
Acá comparé los tiempos de carga del diario argentino La Nación:
Brave además viene con el fachero dark-theme que a nosotros los programadores tanto nos gusta.
Por último, el único contratiempo que noté con Brave. Algunas páginas presentan anomalías funcionales dado que mandan requests a sitios externos a ellas. Se soluciona fácil: sólo debés apagar los Brave Shields (el escudito de Brave al final de la barra de direcciones)
Conseguí tu Brave acá.