Una marca es la propiedad inmobiliaria más valiosa que hay en el mundo: una esquina en la mente de alguien.
Donald Trump, maestro del branding, está en la mente de todos: es presidente de EEUU. Lo más interesante es que lo hizo con todos los medios de comunicación en su contra y sin el apoyo corporativo de ningún gigante. Quizás opines que con un cheque en blanco cualquiera lo hace; y estamos de acuerdo en que ayuda, pero Francisco de Narváez era millonario y a él no le sirvió.
¿Por qué creo que el asesor de Hillary pudo haber jugado para Trump? Todo lo que puedo hacer es mostrarte lo que ví y después quedarán los puntos para que los unás.
Antes de continuar es necesario leer un artículo. Se titula Guerra de Magos. Explica de dónde se originó el conocimiento implementado para influenciar a las masas. Cuando lo estés leyendo prestá atención y fijate el nombre que aparece asociado al libro Influence: The Psychology of Persuasion. Link al artículo acá.
El nombre al que me refería es Robert Cialdini. Si todavía no leíste el artículo, antes de continuar te recomiendo hacerlo. Link del artículo (de nuevo) acá.
Sigamos.
En 1983, días antes de la elección presidencial argentina, el sindicalista Herminio Iglesias prendió fuego un ataúd con la insignia de la Union Cívica Radical. Para el día de la votación, la mayoría del pueblo, que parecía ir por la opción peronista, optó por no asociarse a la imagen de intolerancia, odio y violencia. Y Raúl Alfonsín (por la UCR) se convirtió en presidente.
Cuando Robert Cialdini comenzó a asesorar a Hillary Clinton su mensaje cambió. Hillary dejó de aburrir a la gente con políticas. La gente toma decisiones usando las emociones. La estrategia ahora era asociar a Trump al peor pensamiento. Oscuridad. Catástrofe. Bomba nuclear. Hitler.
¿Y quién más hijo de puta que Hitler?
Cuando creés que Hitler está por volver al poder, evitar su coronamiento es un fin válido que justifica todos los medios. Vale todo. Y así fue que los seguidores de Hillary empezaron a pudrirla. Trompadas. Insultos. Y también quema de insignias.
¿Pudo Cialdini haber jugado para Trump? Yo creo que sí.